Colindante con la Casa Montero, fue promovido por el ferrolano y maestro de obras Manuel Esperante, emigrado primero en Cuba y más tarde en los estados norteamericanos de Florida y Lousiana. Se trata de una arquitectura residencial, influenciada por modelos foráneos, como los remates pintorescos de los pináculos, muy comunes de los chalés alpinos. Rivaliza en protagonismo el balcón que preside la fachada principal, que es de madera de teca, totalmente calado y pintado de verde.